Biografías
Después de la Independencia

Gumersindo Torres

Nace en Coro (Edo. Falcón) el 13.1.1875
Muere en Caracas el 17.6.1947

Gumersindo Torres
Gumersindo Torres
Ilustración realizada por Francisco Maduro.

Médico y político, jugó un papel fundamental en la redacción y promulgación de la primera Ley de Hidrocarburos de Venezuela. Fueron sus padres Pedro Torres y Carolina Millet. Realizó la educación primaria en la Escuela Federal de su ciudad natal. Posteriormente, estudió la secundaria en el Colegio Federal de Primera Categoría del estado Falcón, donde obtuvo el título de bachiller en filosofía (1892). Luego de esto se trasladó a Caracas para estudiar medicina en la Universidad Central de Venezuela, graduándose como doctor en ciencias médicas el 27 de septiembre de 1897. De regreso a su ciudad natal, ejerció su profesión por breve tiempo (1898-1899). En 1902, apoya la Revolución Libertadora acaudillada por Manuel Antonio Matos, pero el fracaso de ésta le significa prisión en la cárcel de Coro y en la fortaleza de San Carlos. Tras su liberación reinició su actividad profesional como médico en el Hospital Central de Coro. Entre 1908 y 1909 ocupó el cargo de superintendente de instrucción pública del estado Falcón. En 1910 ejerció la Secretaría del Ministerio de Relaciones Exteriores y la Secretaría del gobierno del estado Lara. En julio de ese mismo año publicó su Contribución a la geografía médica y demográfica del estado Falcón.

El 17 de septiembre de 1917, durante el gobierno de Juan Vicente Gómez asumió funciones como ministro de Fomento. Al frente de esta cartera ministerial, lanzó la tesis según la cual no debía seguirse otorgando derechos de explotación sin programación y objetivos definidos. El 27 de junio de 1918 refrendó la Ley de Minas, en cuyo artículo 3 se determinaba que el Estado explotaría los hidrocarburos por administración directa o según arrendamiento, «...pero en ningún caso podrá conceder derechos reales sobre [las minas]...», al tiempo que incorporó las primeras referencias a medidas de conservación de los yacimientos descubiertos. El 9 de octubre de 1918 salió el decreto reglamento del carbón, petróleo y sustancias similares, en el cual apareció por primera vez el principio de la reversión al Estado, sin «...pago de mejoras de ninguna especie (...) de la mina con todos sus edificios, maquinarias y obras anexas...».

El 19 de junio de 1920, el Congreso promulgó, bajo su asesoría, y con el apoyo de Pedro Manuel Arcaya, la primera ley de hidrocarburos que aumentó las rentas superficiales y permitía a los propietarios obtener concesiones, incrementó el área de las reservas nacionales y disminuyó considerablemente la lista de artículos de libre importación por las compañías petroleras; las cuales protestaron dicha medida ante el propio general Gómez. Por tal motivo, con base en determinadas inconsistencias en el texto legal, más la negativa a adquirir derechos particulares, las empresas actuaron concertadamente hasta lograr la sanción de una nueva Ley de Hidrocarburos el 2 de junio de 1921 y otra, más condescendiente aún, el 9de junio de 1922. Luego de esto, Torres fue removido del Ministerio de Fomento.

Posteriormente, de administrador de la aduana de La Guaira pasó a ser inspector de aduanas, encargado de la aduana de Maracaibo e inspector de consulados en la Cancillería. También estuvo al frente de una comisión de Venezuela participó en los preparativos para el establecimiento y puesta en marcha del Instituto Internacional del Paludismo, en Roma. Entre 1927 y 1929, se desempeñó como embajador de nuestro país en los reinos de España y Holanda. En 16 de septiembre de 1929 volvió a encargarse del Ministerio de Fomento, obligando entonces a las compañías concesionarias a pagar el impuesto por servicio de boyas en el lago de Maracaibo y a corregir las fallas en sus hospitales. Asimismo, al frente de este ministerio estableció el Servicio Técnico de Hidrocarburos el 16 de julio de 1930, y promulgó el reglamento de la ley de hidrocarburos de 1928, cuyos fundamentos técnicos habían sido puestos en duda por las empresas extranjeras. También confirmó todos los procedimientos de fiscalización y supervisión de la industria por los inspectores de campo (18.10.1930). En julio de 1932, volvió a la administración de la aduana de La Guaira.

Gumersindo Torres tenía su sueldo como funcionario público. Sin embargo, de vez en cuando el General Gómez le hacía llegar dinero en un sobre (como lo hacía con muchos de sus colaboradores), lo cual no era una práctica legal. Gumersindo Torres no quiso usar el dinero, ni tampoco devolverlo para no disgustar al general. Por lo tanto lo guardó todo y cuando murió Gómez lo reintegró todo a las arcas nacionales, demostrando una gran honestidad. Este hecho, tan poco común, le valió ser nombrado por Eleazar López Contreras, en Julio de 1938, primer contralor general de la República, encargándosele de la revisión de las cuentas de los ministerios de la administración central, lo que era una iniciativa novedosa en la historia administrativa del país. El 23 de mayo de 1941 fue designado administrador de la aduana de Maracaibo y el 6 de julio de 1943, presidente del estado Bolívar.

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