Peregrinación de San Sebastian …Una aventura extrema
25 años de fe y devoción, nos han permitido reencontrarnos con amigos de Yaracuy, Trujillo, Carabobo y el resto del país. San Sebastián, patrono de Ocumare de la Costa, nos espera en su Iglesia. Nos separan 42,5 kms, y casi 7 horas a través del Parque Henri Pittier.
Vista Panorámica
Cacao en la zona
Pupilas excitadas le dan brillo a la penumbra que acompaña la señal de partida. Hay más de 9000 protagonistas, pero no puedo olvidar al joven con problemas de locomoción y voluntad de hierro, al corajudo de las muletas, quien año tras año se transporta en una sola pierna a paso raudo, las mascotas que generación tras generación acompañan al amo, los peregrinos pagando promesas, transportando ofrendas de flores, los niños enfrentando un reto de adultos, el señor de la Trilla con su manguera refrescante, la creatividad sin límite de atuendos vistosos a partir de la franela oficial.
El recorrido transcurre entre sombras milenarias. Las panorámicas son de selva impenetrable, caídas de agua y sonidos de naturaleza. Luego de subir desde los 300 msnm a más de 1000 msnm se sienten los aires de cumbre. Una fina garúa nos refresca, luego de las primeras dos horas de recorrido. En la bajada de casi 20 Kms., la brecha generacional se nota no solo en el paso atropellado de adolescentes desbocados que sienten que sus rodillas son “eternas”,sino en la “moda” de depilarse las pantorrillas y mucho más. Pensar que en mis años mozos hasta utilicé fertilizante para tener una mata de pelo que brotara de mi camisa y algo más.Aún nos quedan 10 kms., bordeando un río seductor y plantaciones de cacao. El sol penetra a través de la suela y los pies piden clemencia.
Los pobladores se congregan a lo largo de la vía, aupando a los caminantes. Están en primera fila, brindándonos un palco de sonrisas. Ya estamos en la intersección de Cumboto. La llegada es reconfortante.
Palco de Sonrisas
Llegada
Está habilitada la estancia de masajes. Todo empieza con una “ponchera” helada, y luego crema deslizante que parte de los pies hasta los muslos. Lo máximo.
Masajes
Reencuentro
Para evitar que el ánimo se pierda, los tambores retumban en la Plaza.
Es hora de atender al estómago. Fosforera y Tostones con cazón en el Playón.
La imagen de San Sebastián es en extrema delicada, angelical, imberbe... casi femenina; a pesar de que fue martirizado, y atravesado con flechas. Probablemente refleja la sensibilidad del artista; más que la historia. No sé si mis comentarios de humor “púrpura” llamaron la ira divina.
Imagen de San Sebastián
Yendo de Ocumare a El Playón, tuve un accidente al desplomarme de un autobús en movimiento. Caí de espalda, con la fortuna que el morral aún lleno de víveres y pociones me sirvió de amortiguación. La inercia me hizo friccionar con el pavimento, y tengo mis recuerdos en cara y extremidades. La solidaridad no se hizo esperar. San Felipe y San Pablo, a través de mis afectos de alma y pisadas acudieron a mi auxilio. La medicatura rural hizo el resto. Como me dijo un amigo: “Si quieres incursionar en deportes extremos comienza con el parapente.”
El Playón
El domingo nos deparó el oasis de “La ciénaga”. A solo 10 minutos en peñero, a través de un mar encrespado, se devela un paraíso arcoíris de azules y arena. Yo me la pasé bajo sombra, y me sumergí con la vista.
Vía La Ciénaga
GAT en La Ciénaga
No soy devoto ni de “vírgenes” ni de santos, y menos de hacer promesas, pero en esta ocasión cumpliré Nos vemos en el 2013 y más allá. Hay GAT para rato de las 7 vidas, aún me queda saldo.
Relato con fotos de Gerardo Antoni (GAT), contándonos su experiencia.
Complementa esta información visitando nuestra página la Peregrinación de San Sebastián
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